Inicio | Tema central | El primer restaurante con drive-in en Colombia
Mayo 2025
En plena Avenida Caracas con Calle 32 abrimos el primer local que dejó a todos con la boca abierta.
¿Y sabes por qué? ¡Era el primer drive-in del país! Sí, como lo lees: podías pedir desde tu carro usando un citófono; algo que hoy parece normal, pero que entonces fue una gran innovación. Otro de sus grandes atractivos era una barra donde podías sentarte y hacer tu pedido.
Era un sitio diferente y especial, único en esta época, porque además en su carta ofrecía platos novedosos, como hamburguesas y pollo en canasta... y, por supuesto preparaciones con helado.
¡Y ese sello innovador de los restaurantes Crem Helado quedó incrustado en nuestro ADN para siempre!
Ese helado que hacía cerrar los ojos de placer era cremoso, suave y tenía sabores que nadie más ofrecía: Copas tradicionales, el exótico Peach Melba o la indulgente Banana Split... Era tanto el furor que, aunque un helado común costaba entre 5 y 20 centavos, la gente pagaba feliz hasta 180 por uno de Crem Helado.
El éxito fue tan arrollador que pronto abrimos un segundo local en Chapinero, bajo la Iglesia de Lourdes. Este sitio se convirtió en el punto de encuentro favorito de famosos y figuras públicas. Entre helado y helado se gestaban ideas y se comentaban los acontecimientos que transformaban al país.
En esa época nacieron los primeros conos que combinaban galleta con helado de vainilla, los sándwiches de galleta rellenos y los rollos de helado, uno de los productos que más se vendía. Y, claro, los legendarios Chikos.
Nuestra historia comenzó con la visión de un extranjero que transformamos en parte del corazón de los colombianos.
Siete décadas después, con Crem Helado seguimos siendo cómplices de celebraciones, tardes en familia y de esos pequeños gustos que todos quieren darse.
Con Crem Helado, somos parte de la identidad y de la historia de millones de personas.
Los restaurantes Crem Helado marcaron el inicio de nuestra historia y nos permitieron identificary adoptar la innovación como un sello inconfundible para el futuro.